Se te has sumergido alguna vez bajo la superficie del Mar Mediterráneo (con unas gafas de buceo y tubo basta) te habrás topado, sin duda, alguna vez con praderas de largas hojas verdes y aplanadas que poblan el fondo marino arenoso de nuestro mar. Esta planta acuática se llama "Posidonia oceánica" y es endémica del Mediterráneo.
Mucha gente las califica de algas pero no lo son. Las algas están en fondos rocosos, mientras que la posidonia, como ya he mencionado anteriormente crece en fondos arenosos.
La posidonia florece, generalmente en otoño y da unos frutos llamados "aceitunas de mar", unas bolas que cuando se suelten de la planta, flotan hasta nuestras playas, donde las podremos observar, generalmente, en los meses de mayo y junio.
Estas praderas de plantas acuáticas tienen una notable importancia ecológica, entre otras, ejercen una labor de protección de la linea costera de la erosión. Su presencia en nuestras playas es indicativo de aguas de buena calidad, limpias, transparentes y bien oxigenadas. Sin embargo, el calentamiento global también afecta evidentemente a nuestro mar Mediterráneo, su vida animal y vegetal. El incremento de la temperatura anual acelera el declive de las praderas submarinas de posidonia oceánica. Según un estudio, por cada grado centígrado de incremento en la temperatura máxima anual del mar, la mortalidad de la posidonea aumenta un 3% cada año.
Es triste comprobar que, año tras año, el mundo natural se vea tan afectada por las actuaciones del ser humano con sus consecuencias directas e indirectas . Mientras el dinero, el poder y el egoísmo gobierne este mundo, el planeta seguirá sufriendo.
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